Monte Alto

sábado, 5 de marzo de 2011

Actualización: López RIco es un inmoral

Recibida la respuesta de la Concejalia. Unicamente una escueta frase: " La administración estaba en precario y la concejalia ha regularizado su situación"

La respuesta del concejal López Rico es incongruente con mi acusación de que su “gestión” de las obras de la Plaza de España ha sido causa directa de que hoy me encuentre en el paro.

Dice el Sr. Rico que se ha limitado a regularizar mediante una concesión una situación de precario. Eso, en el caso de que fuese cierto, afectará al dueño de la lotería, por quien yo no puedo hablar. Allá él si esa ‘regularización’ que dice el Sr. López Rico que le ha otorgado graciosamente le compensa por el cierre del despacho durante la campaña de Navidad y Reyes, y por el desprecio con el que fue tratado, y que no pude evitar presenciar.

Pero yo tenía un empleo y ahora estoy en el paro, porque la empresa fue llevada a pérdidas por una gestión municipal dañina, irresponsable, injustificada que no tiene nada que ver con la relación jurídica entre el ayuntamiento y mi antiguo patrono, sino con el hecho físico de que se cerró el despacho por un tiempo injustificado y en el peor momento del año para los afectados, sin ninguna justificación para esas circunstancias, pues podía haberse hecho de otro modo. Cambiarle de nombre a esa situación jurídica no requería el cierre de la empresa. Con esa respuesta el Sr. Concejal añade a su memorable gestión en este asunto una nota de cinismo, y la suposición de que el destinatario de sus parcas explicaciones es tonto.

Podrá decir, congruentemente, que mi despido ha sido un daño colateral de su arrogante torpeza –si no mala intención, o evidente indiferencia por quienes no están conectados al Presupuesto con la seguridad de que él y los suyos gozan-.

Podrá decir que le importa un bledo la suerte de los miserables ciudadanos con los que se tropieza a su paso de elefante en cacharrería, que puede despejar a patadas sin remordimiento ni consideración alguna por los destrozos. Lo que no puede decir, congruentemente, es que estoy en el paro porque a él se le ocurrió una regularización, o que la pedrada con la que me ha alcanzado no ha salido de su mano, porque me tomé la molestia, en todo momento, de advertirle de los perjuicios que me ocasionaría su caprichoso calendario y procedimiento.

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